La Fundación Artemisan, una institución dedicada al estudio y promoción de la actividad cinegética y su relación con el medio ambiente, proporciona datos reveladores sobre el impacto económico de la caza en España.
Según información de esta fuente, en 2016 la caza mantuvo en España un total de 186,758 puestos de trabajo a jornada completa, lo que representa aproximadamente el 0.934% de la población activa del país, estimada en alrededor de 20 millones de personas. Con una población activa de alrededor de 7.5 millones de personas en zonas rurales, este sector juega un papel crucial en estas áreas.
La caza no solo genera empleo, sino que también contribuye significativamente al retorno fiscal del país. En 2016, se estima que la actividad cinegética generó un retorno fiscal de 614 millones de euros a las arcas públicas. Estos ingresos provienen de impuestos y tasas asociadas a la caza, pero sin tener en cuenta los ingresos indirectos generados por el aumento del consumo local y la actividad económica en las zonas rurales.
El impacto económico de la caza en las zonas rurales va más allá de la mera generación de empleo y retorno fiscal. La presencia de actividades cinegéticas contribuye al dinamismo económico local, estimulando la demanda de servicios y productos en la región. Esto se traduce en oportunidades laborales adicionales en sectores como la hostelería, el turismo rural, el transporte y la venta minorista, entre otros.
Además, la caza desempeña un papel importante en la conservación y gestión del medio ambiente en las zonas rurales. Los ingresos generados por esta actividad pueden destinarse a proyectos de conservación de hábitats naturales y especies, lo que no solo beneficia a la biodiversidad local, sino que también promueve el turismo ecológico y sostenible.
Comparando los datos a nivel nacional y en zonas rurales, se observa que mientras aproximadamente el 0.934% de la población activa total estaba empleada en la caza en 2016, en zonas rurales esta proporción aumenta significativamente, alcanzando alrededor del 2.49%. Esto subraya aún más la importancia de la caza como fuente de empleo y actividad económica en las áreas rurales de España.
En resumen, la caza no solo genera empleo y actividad económica en España, sino que también desempeña un papel crucial en el desarrollo y sostenibilidad de las zonas rurales. Reconocer y valorar adecuadamente su impacto económico es fundamental para promover políticas que fomenten su desarrollo sostenible y su contribución al bienestar de las comunidades locales.