En el mes de abril, una de las especies cinegéticas más buscadas en España es el corzo. Si planeas cazar corzos durante esta época, aquí tienes algunos consejos útiles para aprovechar al máximo tu experiencia. Desde localizar fuentes de agua hasta estudiar sus hábitos, prepárate para una emocionante y exitosa aventura de caza en España.
Un animal muy territorial en abril.
Lo primero que tienes que tener en cuenta en esta época del año es que los corzos están muy activos, en busca de su nuevo territorio tras un invierno en el que ha permanecido en grupos familiares amplios.
Los desplazamientos son continuos, marcando el territorio, y los encuentros con otros individuos suelen acabar en feroces luchas territoriales.
Esta característica hace que sean mucho mas visibles para los cazadores en esta época y genera ocasiones de caza que difícilmente tendremos mas adelante, a partir de mayo se esconden y la dificultad para su caza crece enormemente.
Busca Puntos de Agua
Cuando te embarques en una expedición de caza en busca del escurridizo «corzo», la búsqueda de fuentes de agua es un aspecto crucial de tu estrategia. El agua dulce y limpia es un recurso esencial para la fauna local, y los «corzos» no son una excepción. Se sienten atraídos de forma natural por estos puntos vitales, lo que los convierte en lugares ideales para la observación y posibles oportunidades de caza. En el mes de abril, cuando la naturaleza está en plena floración y el entorno aún no está dominado por el sofocante calor, estos puntos de agua sirven de bulliciosos lugares de encuentro para diversas especies, incluidos los cautivadores «corzos». La atracción transparente y tranquila de estos puntos de agua ofrece a los cazadores una excelente oportunidad para anticiparse pacientemente a la llegada de su escurridiza presa.
Valora el esfuerzo de inspeccionar a conciencia los límites del monte donde el terreno se encuentra con las verdes siembras. Desde este punto de observación, tómate tu tiempo para explorar detenidamente la zona y observar el comportamiento de los «corzos» y otras especies mientras calman su sed e interactúan entre sí en estos puntos vitales. Recuerda que cada uno de estos momentos ofrece una oportunidad única de conocer mejor el comportamiento y los movimientos de los elegantes «duendes».
Localiza las zonas de alimentación
Igual de importante para el éxito de tu expedición de caza tras los «corzos» es la localización estratégica de las zonas de alimentación, que pradera están tomando con mayor asiduidad. La fértil tierra de las zonas de siembra ofrece abundante alimento para la fauna local, y los «corzos» se sienten especialmente atraídos por estas zonas repletas de vegetación y brotes tiernos. Dedica tiempo a inspeccionar concienzudamente el terreno, identificando los lugares óptimos donde suelen converger a pastar. En estas abundantes zonas de pasto, los cazadores podemos encontrar los puntos de observación perfectos para observar pacientemente y, cuando llegue el momento oportuno, recechar a su presa con habilidad y precisión.
Estudia sus hábitos
Antes de aventurarte en tus jornadas de caza del «corzo», es esencial dedicar tiempo a estudiar y comprender los hábitos de estas escurridizas y gráciles criaturas. Sumergirse en los entresijos del comportamiento del «corzo» y sus patrones de movimiento es una empresa que no sólo mejora las perspectivas de un éxito en la caza, sino que también profundiza en el respeto y la admiración por estos cautivadores habitantes del paisaje español.
Mediante la observación y comprensión de sus rituales cotidianos, querencias preferidas e interacciones con su entorno, los cazadores podemos adquirir una información muy valiosa que nos sirva de brújula durante nuestros recechos.
Con cada pedacito de conocimiento obtenido del estudio de sus hábitos, los cazadores nos proveemos de las herramientas necesarias para abrazar el espíritu del «duende del bosque». Se trate del ritmo de sus movimientos a la primera luz del alba o de su grácil presencia en los tenues tonos del crepúsculo, cada faceta del comportamiento del «corzo» es un capítulo del relato de la naturaleza, a la espera de ser descubierto y apreciado.
Sé sigiloso
El sigilo y la discreción son los compañeros de un cazador hábil en el rececho de cualquier especie, pero en el «corzo» es especialmente importante por su estado continuo de alerta ante cualquier peligro.
Cuando camines por los bosques y praderas, cada paso debe impregnarse de la quietud y el porte que te permitan integrarte perfectamente en el tapiz natural del entorno. El «corzo» es una criatura de sentidos agudos, y es a través del arte de la sutileza y el sigilo como los cazadores podemos situarnos para esos efímeros momentos de conexión con esta increíble especie. El susurro apagado de las hojas bajo los pies y la quietud medida en medio del bosque son las señas de identidad de un cazador que quiera aproximarse a un «corzo» con posibilidades de éxito en su caza. Un truco para los últimos metros, los decisivos, es quitarte las botas y caminar solo con los calcetines, prácticamente no harás ningún ruido si eres cuidadoso.
Al adoptar el espíritu de la observación silenciosa e integrarse sin problemas en el ritmo del mundo natural, los cazadores crean una atmósfera en la que las fronteras entre el observador y lo observado empiezan a difuminarse, fomentando una comunión auténtica y gratificante con este cautivador animal.
Observa la «Borra»
En medio de la tranquilidad del campo español a principios de abril, con la temporada general finalizada hace tiempo, los cazadores deben observar atentamente la presencia de la «borra» en los corzos, un signo revelador de sus características a principios de temporada. La «borra», o astas ensangrentadas en formación, que todavía pueden adornar a algunos «corzos» durante esta época, es en mi opinión, y es lo que practico, motivo para no abatir estos individuos. Un corzo con borra en abril es señal de animal joven sea como sea su trofeo de grande, y por tanto debemos mantenerlo para el futuro en una buena gestión.
Prepárate con el equipo adecuado
Antes de poner un pie en el campo, es primordial asegurarnos de ir equipados con el equipo y los accesorios adecuados, que no sólo faciliten la empresa cinegética, sino que también contribuyan a una experiencia segura y enriquecedora. Un cazador bien preparado comprende la importancia de un conjunto minuciosamente elaborado, compuesto por una mochila resistente y bien provista, botas fuertes y fiables, prismáticos adecuados para las horas de luz escasa, una óptica para distancias medias sobre tu rifle (+- 300m.) y elementos de apoyo esenciales como un bastón, un trípode o una herramienta similar. Estos elementos no sólo sirven como herramientas prácticas, sino también como compañeros infatigables, que si no llevamos acabaremos echando de menos en el momento crucial del lance.
Sobre calibres balísticos ya hablaremos, que hay mucha leyenda y poca certeza, y la realidad es que nos vale casi cualquiera de los que utilizamos normalmente en España si utilizamos una óptica adecuada.
Comprueba que dispones de los permisos correctos
Antes de embarcarte en tu esperadísima jornada de caza tras los «corzos», es imprescindible que verifiques que posees todos los permisos y licencias necesarios que respaldan las normas legales que rigen la práctica de la caza.
- Licencia de caza de la CC.AA. donde vayas desarrollar la actividad.
- Permiso del coto debidamente cumplimentado.
- Permiso de armas.
- Guía del arma empleada.
- Seguro obligatorio del cazador.
La carencia de alguno de estos documentos durante tus jornadas de caza puede dar al traste con tu aventura de caza y convertir un día apasionante en una verdadera pesadilla.