Hay momentos que trascienden lo cinegético para convertirse en epopeyas personales. Así fue la jornada de nuestro socio José María en la Reserva de Freser-Setcases, donde consiguió abatir un majestuoso isard, símbolo de las altas montañas y del espíritu indomable de la naturaleza. Este logro fue posible gracias a la oferta pública de caza de Cataluña, un modelo que une tradición, gestión responsable y acceso a experiencias únicas.
Desde el Club Tierra de Caza, celebramos con orgullo este hito y aplaudimos la destreza y determinación de José María, cuyo nombre queda inscrito entre los que hacen grande nuestra pasión. ¡Enhorabuena, cazador!