Club Tierra de Caza

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Una Jornada Entre Pinos y Niebla: El Muflón de Pedro Narváez

MUFLON cAZORLA

Una Jornada Entre Pinos y Niebla: El Muflón de Pedro Narváez

Era un día en que la naturaleza mostraba su carácter indomable. Las cimas de la sierra de Cazorla estaban envueltas en niebla, y un viento implacable agitaba los pinos como si los quisiera arrancar de raíz. En ese escenario, Pedro Narváez y el guarda de la reserva se enfrentaban a una tarea complicada: los muflones, como si adivinaran la amenaza, se refugiaban entre la espesura del monte, resguardados del aire.

Tras recorrer buen trecho, avistaron a dos muflones, pero pronto quedó claro que no daban la talla. Y así siguieron, siempre alerta, hasta que apareció otro. Grande, sí, pero con cuernos finos y demasiado abiertos. Pedro y el guarda, con la serenidad que caracteriza a los buenos cazadores, decidieron dejarlo pasar.

Fue al entrar en una hondonada cuando la fortuna les guiñó un ojo. A lo lejos, en una ladera, vieron otro muflón. Sin perder tiempo, Pedro apoyó su rifle en el trípode. Estaba a unos 140 metros, pero el animal, astuto, no ofrecía un buen ángulo para disparar. Antes de que pudieran reaccionar, se escabulló en la pinada, ocultándose entre los árboles.

Lejos de darse por vencidos, Pedro y el guarda avanzaron a pie, trazando una cuidadosa entrada a través de los pinos. Mientras subían por una ladera frondosa, el cazador divisó los cuernos del muflón entre la espesura. No quedaba otra que esperar, confiando en que el animal daría un buen blanco. Y la oportunidad no tardó en llegar. En un pequeño claro de apenas un metro, apareció la ocasión perfecta. Con una inclinación pronunciada, Pedro disparó. La bala entró por las costillas bajas y salió por el codillo, derribando al muflón. Cayó seco, apenas dos metros más adelante.

Aquel muflón, cazado en Cabeza del Tejo, en la emblemática Reserva de Caza de Cazorla, no era solo un trofeo más. Provenía del sorteo de la oferta pública de caza de Andalucía, y el éxito fue compartido con el guarda de la reserva, siempre presente en los momentos clave.

Es importante recordar que la caza, lejos de ser un simple deporte, es una herramienta esencial en la conservación de los ecosistemas. La gestión cinegética permite mantener el equilibrio de las especies, evitando la sobrepoblación y sus consecuencias en el entorno. En la Reserva de Caza de Cazorla, este enfoque ha sido fundamental para preservar la biodiversidad y cuidar el medio ambiente, demostrando que la caza, cuando se practica de manera responsable, es un aliado indispensable de la naturaleza.

Felicidades a Pedro Narváez por tan brillante jornada, y nuestro agradecimiento al Club Tierra de Caza por hacer posible esta experiencia. Agradecemos también a la guardería de la reserva, sin cuya dedicación estas aventuras no tendrían el mismo sabor.

Una Jornada Entre Pinos y Niebla: El Muflón de Pedro Narváez
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