Hay cazadores que encuentran su destino en las vastas llanuras y otros, como nuestro querido socio Carlos Arnao, que lo buscan en las imponentes montañas del norte. Fue en los escarpados parajes de Sisterna, en el concejo de Degaña, donde Carlos protagonizó una jornada memorable, digna de ser contada y recordada. A través de la oferta pública del Principado de Asturias, se le concedió la oportunidad de enfrentarse a uno de los más nobles y esquivos habitantes de nuestras montañas: el rebeco.
Al despuntar el alba, Carlos se reunió con el guarda, quien le acompañaría en tan ilustre aventura. La mañana, fresca y llena de promesas, fue testigo de su ascenso en coche hasta el punto de inicio de la cacería. Desde allí, a pie y con el sigilo que exige la montaña, se internaron en el terreno del rebeco. A lo lejos, las hembras formaban pequeños grupos, observadoras pero esquivas. Ninguna llevaba consigo al preciado macho.
Pasó el tiempo, y el esfuerzo comenzaba a hacer eco en sus músculos cuando, por fin, allí estaba. Majestuoso, altivo, el rebeco se dejaba ver a una distancia razonable, aunque siempre difícil en esas alturas. La distancia, 125 metros, era la justa. El guarda, con la experiencia que dan los años y el conocimiento de la especie, valoró el trofeo. Un breve cruce de miradas bastó para dar la orden.
Carlos, en silencio y con precisión, ajustó su posición. Un disparo limpio, directo a la paletilla, culminó la faena. El rebeco, sin tiempo siquiera para reaccionar, cayó entre las rocas desde donde observaba momentos antes a su futuro cazador. La montaña, testigo impasible, quedó en silencio.
Este tipo de jornadas, que combinan el respeto por la naturaleza y la destreza del cazador, no son frecuentes. Requieren temple, habilidad y, por supuesto, el apoyo de una institución que entiende las necesidades del cazador moderno. En nombre de todos los socios, nuestras más sinceras felicitaciones a Carlos por su éxito en tan noble empresa. Y, como no podía ser de otra manera, nuestro agradecimiento al Club Tierra de Caza, que sigue facilitando que historias como esta se escriban en la memoria de sus miembros.